domingo, 16 de agosto de 2015

Las 1:12 de la am y yo escribiendo. No sé que hago, ni tampoco qué saldrá de aquí. 
Las palabras fluyen y me dejo llevar por llevar, dejando que ellas sean las que escriban por mí. Esto no es ni remotamente interesante y quizás esté perdiendo el tiempo, pero me libero, me desahogo y me siento como pajarillo abriendo las alas, aunque me las corten después. 

Ya son las 1:14 y espero, sólo han pasado dos minutos y yo sigo escribiendo mientras estoy en llamada, quizás deba prestar más atención a lo que escribo o más atención a lo que hablo, la cosa es que no estoy haciendo ninguna, si no que estoy haciendo ambas. Quizás esto sea una de esas entradas de relleno, cargadas de cosas que quiero decir, pero que luego no termino diciendo ninguna, pero qué se le va a hacer. 

Parece que cada vez que hago un párrafo han pasado dos minutos, no es tan complicado saber la hora que es, pero tampoco es que tenga la madrugada sola, estoy con alguien. Una amiga, un tesoro, una hermana, llámenlo como quieran porque para mi es todo eso. 

Me adelantaré un minuto para despedirme, y es que cada cosa que hago o que digo, tiene un sentido, menos esto, que no lo tiene. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario