jueves, 12 de noviembre de 2015

Puedes decirme que me vaya.

Intenta imaginar como sería vivir sin mi tacto,
cómo sería vivir sin mis mordidas en el cuello, que sé, que tanto te gustan.
Imagínate, por un segundo, tu cama sin mi cuerpo, tu casa sin mi risa,
cómo sería despertar sin mis buenos días cargados de besos.
Imagínate, sin querer, cómo sería no volver a rozarme la piel con tus dedos, y que ésta, no se erice.
cómo sería no escuchar mis suspiros sosegados, o dejar de sentir mis arañazos por tu espalda.
Imagínate, por un momento, tu vida sin mí.

Puedes escribir en un nota, todo lo que me dirías, pero que sin embargo, tachas una y otra vez.
Puedes empezar a soñar conmigo, o a recordarme cuando no estés pensando en nada.
Puedes bajar la vista cuando alguien te pregunte por mí, o puedes morderte el labios para no preguntar tú.
Puedes sonreír con tristeza cuando pases por nuestra plaza, o cuando veas nuestras película, o escuches nuestra canción, o simplemente, puedes añorarme al acostarte, al no sentir mi respiración pausada al lado tuya, al no tener un cuerpo al cual acudir cuando haga más frío, a no tener un hueco especial entre mis piernas cuando no podamos dormir.

Y después de imaginarte esto, si quieres, puedes decirme que me vaya.

No hay comentarios:

Publicar un comentario