viernes, 18 de diciembre de 2015

Estabas.

Estabas en cada poema, 
y también en cada sinfonía.
Estabas en cada minuto, 
incluso el de aquel reloj parado.

Estabas en cada esquina, 
y también cerca de la tetería.
Estabas en aquella cafetería, 
incluso mientras no te veía 

Estabas en la catedral, 
echando tus fotos para variar. 
Mientras yo miraba embelesada, 
aquella belleza peculiar.

Y lo peor de todo, 
es que ni siquiera estabas, 
simplemente, 
te imaginaba.

Estabas entre mis sábanas, 
que tanto secretos ocultan. 
Estabas en mi sonrisa, 
aquella que siempre añoras. 

Estabas en mi mente, 
de aquella que nunca sales. 
Aunque yo no lo quiera, 
siempre estás presente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario