domingo, 13 de diciembre de 2015

Quedémonos.

No nos quedemos en ese poema inacabado, en esa sinfonía que ya dio su último acorde, en esos pasos que indica que ya es el adiós.
No nos quedemos en lo que pudimos haber dicho y que, por miedo, nunca dijimos. No nos quedemos en un 'y si...' sólo porque no sepamos cómo actuar cuando estamos juntos.
No nos quedemos en esos saludos que no se dieron por miedo a molestar, y jamás, jamás, nos despidamos con un adiós, porque adiós significar final, y nosotros no podemos quedarnos como uno.

No nos quedemos en ese beso que podría significar todo y que no se dio porque no se sabía si sería correspondido.
No nos quedemos en una canción de desamor. Ni siquiera debemos quedarnos en una canción.
No nos quedemos como aquello que vino y que se fue, sino como aquello que vino y se quedó.
Quedémonos en las caricias por la noche, en los ratos de silencio, en las miradas que dicen todo, sin que haga falta decir nada.
Quedémonos con las risas y con nuestros piques que se arreglan con un abrazo. Quedémonos en los paseos y en los bailes sin música. Quedémonos. Simplemente quedémonos. Quedémonos como nosotros, mientras el mundo sigue girando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario