domingo, 3 de enero de 2016

Querido Jorge.

Deseé no haberte conocido, 
deseé no haberte querido, 
deseé tantas cosas, 
que me quedé perdida en mi caos.

Y es que tú no sabes querer. 
Sólo sabes dañar, 
romper, 
herir.
Pero nunca querer. 

No me pidas que me quede, 
porque te quedarás esperando, 
a algo que jamás llegue.  

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